Peine del Viento: ¿Flauta marina o Escultura?
Kaixo! Visitante. La ciudad costera de San Sebastián, España, se encuentra una obra de arte única que ha cautivado a visitantes y lugareños por igual durante décadas. Conocido como «El Peine del Viento», este monumento escultural es mucho más que una simple pieza de metal en la costa; es una fusión de arte, naturaleza y arquitectura que invita a la reflexión y la contemplación. Pero, ¿por qué se llama así? ¿Cómo se llega allí? ¿Y qué hace que esta obra sea tan especial?

Para entender el origen de su nombre, nos sumergimos en la historia detrás de su creación. Según Luis Chillida, hijo del renombrado escultor Eduardo Chillida y director de Chillida-Leku, la denominación «Peine del Viento» surge del deseo de su padre de que el viento del noroeste, procedente de Galicia, «peinara» la ciudad al entrar en ella. Esta metáfora poética evoca la imagen del viento acariciando suavemente la costa, dejando su huella en las olas y los acantilados.
Ahora, ¿cómo llegamos al Peine del Viento para experimentar esta maravilla escultural por nosotros mismos? La forma más conveniente es caminar a lo largo del pintoresco Paseo Eduardo Chillida. Desde el centro de la ciudad, nos dirigimos hacia el Paseo de la Concha (Kontxa Pasealekua) y continuamos bordeando la bahía hasta llegar al Túnel del Antiguo. Es aquí donde comienza nuestra aventura hacia el lugar donde el mar y el viento se encuentran en un abrazo eterno.
Al llegar al Peine del Viento, nos encontramos con un conjunto de tres esculturas de hierro fundido, cada una pesando más de 9 toneladas, ancladas en las rocas que yacen en la frontera entre la ciudad y el mar. Estas majestuosas piezas de arte, creadas por Eduardo Chillida, se integran perfectamente con su entorno natural, desafiando la fuerza del viento y las olas que las rodean.
Pero, ¿cómo funciona realmente el Peine del Viento? Más allá de su belleza estética, estas esculturas también sirven como elementos funcionales que interactúan con su entorno. Actúan como una especie de «peine» que desvía y canaliza el viento y las olas, creando un espectáculo visual y auditivo único para los espectadores que se aventuran a contemplarlas.
La instalación de estas monumentales esculturas no fue una tarea sencilla. Primero se construyó la plaza que alberga las obras de arte. Luego, se reforzaron y anclaron las rocas donde se colocarían las esculturas, perforándolas para permitir la inserción de estas gigantescas piezas de acero, cada una con un peso de 10 toneladas. Finalmente, se construyó una pasarela de madera sobre el mar para transportar las esculturas a su ubicación final.

La inauguración oficial del Peine del Viento tuvo lugar en septiembre de 1977, aunque el evento pasó desapercibido en medio de un vacío social e institucional. Sin embargo, a lo largo de los años, esta obra maestra ha ganado el reconocimiento y la admiración de aquellos que tienen el privilegio de contemplarla.
En última instancia, el Peine del Viento es mucho más que una simple atracción turística; es un símbolo de la creatividad humana en armonía con la naturaleza, una expresión de la belleza efímera del viento y las olas que dan forma a nuestro mundo. Entonces, la próxima vez que visites San Sebastián, no te pierdas la oportunidad de explorar esta maravilla escultural y dejarte llevar por la magia del viento y el mar en el Peine del Viento. Gora Donosti!